El que la canción arranque con ese insert de apenas un par
de segundos que emulan el arranque de un coche no es casualidad, y es que la
letra de la canción es un recordatorio directo, divertido y un poco sarcástico
de que la vida pasa rápido y no sirve de nada quedarse atascado en el
paso. Esta letra está interpretada con
un tono que también suene divertido y mantiene este tono ligeramente ronco
hasta el final de la interpretación.
En cuanto a la música, se deja sentir la energía y vibra de
la guitarra desde los primeros segundos, marca un tono melódico tranquilo, pero
que cambia cuando hace su entrada la batería, con tonos pulsantes y
contundentes. Sin embargo, cuando todos los elementos se unen, se logra crear
una canción que se siente fresca y con un toque retro. El coro entra como ese
empujón que te hace querer avanzar, mientras que los instrumentos mantienen la
chispa de la canción.
¡Un tema indie rock con tintes retro!
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