Este es uno de los clásicos navideños que no faltan en
ninguna reunión, fiesta o posada en ninguna parte del mundo, pero para esta
interpretación Phil Weinholtz nos deja escuchar una interpretación que transita
entre lo profundo y lo armonioso, un canto que se siente tan cálido como atmosférico.
Y es que la interpretación tiene esa habilidad de ir entre notas graves y unas
que se sienten más melódicas, incluso impregna algunos de los versos de calma,
con tan solo la voz.
Luego tenemos la música. Una melodía que suena atmosférica y
tranquila, se apoya del uso del piano y de algunos instrumentos de cuerdas que
van creando un ambiente más tranquilo y que, al mismo tiempo, también la hace
sonar como un tema moderno en medio de la calma. Cada nota y cada verso logran
fluir con naturalidad, pues no hay prisas para esta canción. Es de esas
canciones que se disfrutan mejor ya cuando la fiesta está terminando y lo único
que necesitas son unos minutos de calma para procesar lo que son estas fechas.
¡Un clásico navideño que se disfruta por su calma!
.jpg)

0 Comments