Aquí, desde el primer segundo, la música adquiere un tono saturado,
de ese en donde cada uno de sus elementos se integran a la música, de tal manera
que ellos se entretejen para formar una unidad musical que no tiene
comparación. Lo que sí podemos destacar es el sonido de la batería, vibrante y
pulsante, logra pausar al resto de los elementos con un solo toque. Mientras
que la guitarra nos muestra un sonido más brillante y reverberante en otros
momentos. He de decir que la melodía logra crear tal comunión que, cuando se
quedan en silencio, es como si algo se quedara retumbando en esos breves
segundos.
Luego tenemos la interpretación vocal, en un tono juvenil
que parece reclamo, pero que también logra elevar la voz cuando es necesario. Su
voz se adapta a la perfección a esta
música densa y saturada, sin embargo, por momentos se llega a perder, pues es
más lo que logramos percibir de la música. Aun así, la canción se acerca muchísimo
al pop punk de inicios de los 2000s.
¡Un pop punk con carácter y fuerza!

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