La forma en que arranca esta canción suena como una ráfaga que
se va expandiendo hasta llegar al riff de la guitarra que nos acompaña durante
el resto del tema, mientras la voz de Robert Owens nos acompaña en este viaje
sonoro. Su interpretación suena un tanto grave, lo suficiente para que logremos
percibir ese tono de urgencia al cantar, en el minuto 1:29 tiene unos coros de
fondo que suenan espectaculares, no se quedan toda la canción, solo unos
segundos y luego se difuminan con la canción, y esto solo le agrega un toque
más de profundidad melancólica a la canción.
Este tema también destaca por su energía sonora, no es un
tema que reviente las bocinas o los auriculares, pero sí es una canción que
llega con fuerza y con sentimiento a lo más profundo de tu ser, pues la
producción se percibe pulida y limpia. Cada verso y cada nota tienen un sentido
que le da a la canción un toque digno de un pop punk.
¡Esta canción te va a resonar en el corazón!


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