Hay mucho que
aprender de la vida, no te quedes fuera
La interpretación llega con un
ritmo crudo proveniente de una guitarra melodiosa que da como resultado un
acompañamiento cÔlido, relajado, que fluye con moderación sin perder el toque
de suavidad con el cual engancha la atención desde el primer minuto en que
empieza a sonar; y vaya que incluye grandes demostraciones de talento como el
que escuchamos a partir del minuto 02:29 donde el espacio es de la guitarra
para regalarnos un solo espectacular durante los siguientes segundos, cayendo
en un verso que se entona con intensidad de la voz. Presenta algunas
variaciones considerables, bien marcadas de un ritmo a otro que se caracterizan
primero por una disminución de intensidad para luego caer con mÔs rapidez.
El timbre de la voz que nos atrapa
es equilibrado en los tonos, raspa las cuerdas vocales y se percibe con un
grado de madurez; en la primera parte de la canción entona tranquila, pero en
la segunda, si agrega tanto volumen como intensidad a los versos de los cuales
destila sentimentalismo conservando un leve toque de nostalgia.
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