Cerrando ciclos
con una balada que te remonta hasta los 90
Con un ambiente misterioso que
genera incertidumbre, es la forma en que el teclado se presenta con un solo por
unos segundos, a los que después se le une la guitarra para una introducción
extensa de 01:24 minutos antes de que aparezca la voz; podemos apreciar una
balada cautivante con el ritmo relajado que la caracteriza, aunque es fluida no
es apresurada. El intérprete nos deleita con una su voz peculiar de matices
crudos, entonando suavemente las estrofas, complementándose con coros. Se
perciben arreglos muy cuidados para presentar la voz de tal forma, que te pueda
transmitir emotividad combinada con sinceridad en sus letras llenas de
nostalgia al hablarte del final de un ciclo amoroso, tratándose de la despedida
también puede ser triste.
La composición llega con mucho
sentimentalismo que puede provocarte el llanto al ser interpretada con pasión tocando
las fibras sensibles que hay en ti, o bien por el ánimo positivo o negativo que
te provoque trasladarte hasta los 90, donde hay recuerdos gratos si te toco
vivirlos y si no, entonces sentir la época a través de la canción, no tiene
precio.
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