La guitarra melódica en este tema nos da la bienvenida, con
un sonido sutil y calmado, casi igual al que nos otorga la batería en el
segundo 28, cuando se integra a la música. Luego, tenemos un ambiente atmosférico
denso que se apodera de ciertas partes de la canción. Cerca del minuto 1:12 el
tema adquiere un sonido más melancólico, no solo se trata de la elevación del
volumen, es que cada uno de sus elementos encontró ese equilibrio, o ese
momento exacto para entrar y crear esta
nueva atmósfera sonora.
También llama la atención la interpretación, pausada, casi
susurrante, la voz de su intérprete roza el micrófono con cada palabra que
pronuncia, de este modo nos cautiva. Y es que él no se apresura para
interpretar la canción, se mantiene en este ambiente que incluso logra erizar
la piel, porque es un tema que se siente en cada fibra de nuestro ser. Agrega
esta canción a tu lista de reproducción y dale play cuando necesites algo de
paz en tu día.
¡La voz de su intérprete destaca por su delicadeza!


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