La guitarra y el coro logran una perfecta comunión en los primeros segundos de esta canción. Transmiten calma, delicadeza y, sobre todo, van creando un ambiente íntimo, mismo que logra quedarse con nosotros cuando se integra Anthony Ruptak con su interpretación. Pero primero hablemos de esa melodía, tan tranquila como sutil, es la que crea un ambiente nostálgico, incluso muy apegado a la balada de inicios del 2000, pues pone mucha énfasis en estos sonidos dulces y nostálgicos.
Y es justo la melodía y la letra en donde entra el contraste
musical. Mientras la música nos remite a una época en específico, la letra nos
habla, de manera sarcástica, sobre el caos moderno y lo que somos como
humanidad en este tiempo. Ahora, todo parece ser un desastre, entre la rutina,
la tecnología y el sentido de pérdida. La vida se siente confusa y
desencantada. Pero créeme cuando te digo que vas a encontrar algo de confort en
este tema.
¡Entre el pasado y el presente, los contrastes en esta
canción son maravillosos!

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