La forma orgánica con la que arranca me llama mucho la
atención porque se va fusionando con los sintetizadores ondulantes, la fusión de
ambos se siente como estar en medio de dos mundos. Y es que la batería tiene
este toque constante, pero energético, ese que también marca la entrada del
sonido vibrante y profundo del sintetizador. Y acompañando esta melodía oscura
y profunda, incluso energética, tenemos una interpretación que también vibra al
ritmo de los sonidos.
Por momentos, como en el minuto 2:27, la interpretación se
siente ligeramente ahogada, pero luego explota con toda la energía de una
interpretación rock, con tonos graves y rasposos que logran llegar a nuestros
oídos con potencia. Y es que la canción nos habla sobre esos momentos en donde
nos sentimos expuestos, pero al mismo tiempo, completamente ignorados. Así, el
tema se siente envolvente, incluso con un toque retrospectivo y con la interpretación
alcanzamos ese nivel de tristeza con el que muchas veces podemos sentirnos
identificados.
¡El sintetizador en esta canción tiene un toque vulnerable
que nos atrapa!
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