La dulzura en la voz de su intérprete contrasta con la
melodía que va ágil. Sin embargo, la melodía y la interpretación logran un
equilibrio poderoso que incluso suena divertido. Aunque su interpretación no es
del todo afinada, sí llega a nosotros como una canción ideal para bailar y
disfrutar con los audífonos bien puestos o con el sonido a todo volumen. Tiene
sonidos vibrantes de trompetas, la batería resplandece por sus beats, mientras
la guitarra brilla en este entorno sonoro.
La canción no dura más de dos minutos, de hecho apenas llega
al 1:44, sin duda te deja con ganas de escuchar más, porque cuando va
comenzando la canción nosotros estamos agarrando su ritmo frenético y
energético. La canción, al llegar a su fin, ya nos deja con la mente acelerada
y el cuerpo con esa sensación de querer seguir bailando. Este tema es ideal
para escucharlo en esos días de bajó, créeme, te va a animar.
¡No es cuestión de tiempo, este tema es energía pura!
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