I Hate whiskey se escucha
genial en una voz masculina con matices graves, reflejando la personalidad
misma del intérprete, expresando firmeza y seguridad en sus palabras y es que Dylan
Scott sabe como transmitir sentimientos a través de sus letras y su voz.
La combinación de voz y acompañamiento
musical, logran una fusión perfecta que te inspira a pasar un tiempo alejad@ de
las personas que te rodean, e ir a las afueras de la Ciudad en una cabaña como
refugio, formando el escenario perfecto para escuchar esta canción mientras
tomas un trago lentamente, saboreando un buen vino y olvidar la presión
ocasionada por la rutina del dÃa a dÃa. La verdad es que, si se presentara una
lluvia, la cual se pudiera disfrutar observándola desde adentro, serÃa un
complemento perfecto.
Escuchar esta música puede resultar muy relajante, puede ser propicia para ordenar ideas, respirar profundamente varias veces y por fin, tomar impulso para un nuevo emprendimiento de vuelo.
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